Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas
Historias de vida

Claudia Correa

“Volver a comenzar”, el lema plasmado en la vida y las prendas de Claudia Correa

Sonriente y con paso seguro, recorrió la pasarela escuchando los aplausos entusiasmados de los conocedores de la industria textil. Fue la última noche en Medellín de Colombiamoda, la feria más importante del país y a la que Claudia Correa llegó para “volver a comenzar”.

Ese es el mensaje estampado en las blusas de la marca Vivimos Pacíficamente, con la que 44 microempresarios asociados de todo el país participaron con éxito en el evento con la asesoría y diseños de Felipe Socarrás. Para Claudia, una de las antioqueñas de este grupo de emprendedores, esa frase no es una frase resonante al azar, sino el reflejo de su actual proyecto de vida.

Mientras atendía al público en el stand de la marca en Colombiamoda, cuenta que en “este largo camino de cumplir mis metas y ser empresaria he encontrado muchas piedras y tenido muchas caídas… por eso me identifico con volver a comenzar porque significa levantarme de nuevo para seguir adelante por mis sueños”.

A sus 45 años de edad es una de las microempresarias destacadas del proyecto Red-i, creado por Propaís y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para capacitar y apoyar los emprendimientos de víctimas del conflicto armado.

 “Para mí es un orgullo poder representar esta marca, Vivimos Pacíficamente, ya que en ella se plasman nuestros sueños, no solo los míos sino los de 60 empresarios colombianos que hemos trabajado por sacar la marca adelante y darla a conocer en el mercado”, relata esta mujer que, como ella misma dice, resurge tras recientes quiebras económicas.

Su historia de resiliencia y coraje marca un antes y un después tras su desplazamiento de la comuna 13 de Medellín en el año 2011, donde su vida transcurría como una mujer cabeza de hogar que empezaba a progresar con su taller de confecciones.

Lo que ganó con años de trabajo se perdió cuando fue obligada a abandonar su barrio en la comuna 13, tras amenazas de combos delincuenciales y una serie de asesinatos de jóvenes en 2011.

Tenía dos hijos que criar y sacar adelante. “Hijos propios fueron dos, pero nos tocó salir del barrio porque a mí, a mis dos hijos y a ocho de sus amigos que integraban un grupo de música los tildaron de pandilleros y de indeseables…pero eso no me detuvo y lo vi como una oportunidad porque fueron puertas que se me abrieron para poderme capacitar y sacar adelante mi proyecto productivo”.

No se amilanó y empezó a abrirse puertas y oportunidades a base de tenacidad. A un año de salir de su barrio desplazada, recibió dinero como capital semilla. “Con un millón 650 mil pesos empecé mi pequeña empresa y me capacité… Luego gané un concurso de la Alcaldía de Medellín y otro premio del fondo Emprender y con eso monté un taller con 12 máquinas, que dio empleo a mujeres cabeza de familia”.

Diseñó su propia marca y empezó confeccionando uniformes de línea blanca para el sector de la salud. Con ese proyecto productivo, encontró apoyo de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas para su formación, capacitación y acompañamiento como empresaria.

“Le agradezco a la Unidad para las Víctimas, quienes fueron los primeros en tenderme la mano e iniciarme en la formación de empresaria que hoy tengo, y luego junto a Propaís y al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que nos han llevado de la mano a mí y a mis compañeros víctimas a poder Vivir Pacíficamente”.

Además de esta marca colectiva, Claudia no deja de impulsar su propia marca: Creaciones C.S.O. Con el corazón enorme que la caracteriza, ha beneficiado con empleo a mujeres madres cabeza de hogar. Ahora, su objetivo es fortalecer también su propia microempresa con el apoyo de la precooperativa Red-i, de la que hace parte la red de emprendedores que participaron junto a ella este año en Colombiamoda.

“He tenido altibajos con la empresa, no es fácil ser empresaria, pero siempre tengo la ilusión, la fortaleza y las ganas de progresar, porque creo en mí y veo un futuro prometedor”, dice optimista y confiada en que recogerá en el futuro los frutos de no rendirse ahora.

Por eso para ella Vivimos Pacíficamente es un sueño: “es mi sueño de poder transmitir mi conocimiento, aportar ideas e innovar, comercializar y posicionar nuestra propia marca, una marca de las víctimas del conflicto y que sea un talante para ser reconocidos en el mundo, poder competir en las grandes superficies y no quedarnos ahí esperando que nos ayuden. Por el contrario, debemos buscar oportunidades y poner de nuestra parte para levantarnos”.

La resiliencia ha sido siempre su lema y el mensaje que da a otras víctimas para que se superen, venzan la vulnerabilidad y no se limiten por esa condición ni dependan del asistencialismo del Estado. “Me siento feliz, me siento plena, desarrollada como persona, no soy profesional pero tengo mucho aprendizaje y no quiero que nos quedemos con la lástima de lo que nos pasó en algún momento de nuestras vidas; quiero mejorar y progresar, ser exitosa”.

Luego de su participación en Colombiamoda, Claudia y el grupo de microempresarios antioqueños tienen una expectativa de negocio con un empresario brasilero. Adicionalmente, a través del Fondo de Reparación a las Víctimas y de Propaís, planean el montaje de un local en Medellín, para que este proyecto y la marca Vivimos Pacíficamente pueda ser sostenible en el tiempo.

La Unidad para las Víctimas trabaja en la articulación de este tipo de proyectos, para que tengan un efecto transformador en la calidad de vida de personas emprendedoras que, pese a las pérdidas ocasionadas por la violencia, nunca han renunciado a trabajar por sus metas. Así como Claudia y su proyecto de víctimas reparando a víctimas, con la marca Vivimos Pacíficamente.