Entre el 29 y el 3 de diciembre, la Unidad para Las Víctimas y la Oficina de Paz de la Gobernación del Magdalena realizaron actos simbólicos en Pivijay, Remolino, Chibolo, Fundación, El Piñón y Salamina, Magdalena, en los que participaron más de 250 víctimas del conflicto armado, entre las que hubo niñas, niños y adolescentes. las actividades estaban enmarcadas en acciones de medidas de satisfacción incluidas en los procesos de reparación integral a las víctimas, que promueven la reconstrucción de la memoria histórica, el reconocimiento a la verdad, la convivencia pacífica y las garantías de no repetición.
Los diálogos participativos se fundamentaron en la construcción de un telar denominado ’El telar de la esperanza contra el olvido’, con el que se quiso dar respuesta a un par de preguntas: ¿Cómo imaginan la paz?, ¿cómo pueden contribuir a la paz?, ¿qué creen que impide la paz en su territorio? Estos cuestionamientos guiaron la creación del telar, en el que se plasmaron palabras, conceptos, símbolos, anhelos, canciones y frases autóctonas, entre otras alusiones a su territorio, las carencias que aún tienen, la búsqueda de justicia, libertad y reparación.
Estas medidas corresponden a una de las estrategias que permiten avanzar en la reconstrucción del tejido social, a partir de la generación de escenarios para recuperar la confianza, el fortalecimiento de los liderazgos y la identificación de elementos que generan sana convivencia direccionada desde el Gobierno nacional para la construcción de paz en los territorios.
La reparación mediante actos simbólicos consiste en trabajar de manera colectiva e institucional en sanar un país convulsionado, que necesita ser escuchado por todos y todas y que garantice la no repetición de los hechos. Las víctimas del conflicto necesitan seguir trasmutando su dolor y en ese sentido la Unidad para las Víctimas, desde la Dirección Territorial del Magdalena en sinergia con la Oficina de Paz, desplegaron los encuentros para establecer lo que esperan las comunidades de sus gestiones y agenciamiento político, en función de las propuestas que las víctimas tienen para la transformación de Colombia.
“La estrategia de reparación simbólica es un mandato de contribuciones a la verdad por parte de la Unidad para las Víctimas, que tiene como finalidad contribuir a las soluciones duraderas a partir de la generación de ambientes armonizados para construir paz territorial y llegar a los lugares históricamente abandonados por el Estado”, expresó Audes Jiménez González, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Magdalena.
La Gobernación del Magdalena lideró una actividad de memoria histórica, que se fundamentó en recordar y reconocer las esferas positivas que tienen cada uno de estos territorios. El acto se realizó a través de acciones cotidianas como desayunar comidas típicas del departamento, tomar un tinto o realizar una olla comunitaria. En el espacio las víctimas dieron conversaciones sobre su trasegar en la vida, las tradiciones gastronómicas y culturales que les pertenecen y que las hacen sentir vivas.
Al final del acto reparativo se encendieron velas para conmemorar la vida, la dignidad, la justicia y la apertura hacia el cumplimiento de los sueños. También se realizó una siembra de árboles, en un acto que se vivió como una siembra de los sueños de esperanza que fueron plasmados durante la jornada.
En la Unidad para las Víctimas “Cambiamos para servir” con el objetivo de seguir trabajando en acciones de cara a la implementación de una política que contribuya a la superación de los rezagos, brinde una reparación transformadora y le permita a quienes han padecido el conflicto armado acceder efectivamente a sus derechos.
