Las jornadas de reparación buscaban enseñarles a las personas con discapacidad los derechos a los que tienen acceso. Ligia Parra Castro de la Dirección Territorial Central y enlace para este enfoque dijo: “Estas jornadas nos permiten hacer un acercamiento directo con esta población y mostrarles cómo acceder a su ruta de atención integral. Deben tener claro que se les debe dar prioridad. La Unidad, desde estas medidas de atención, reparación y satisfacción integral ayuda a que puedan acceder a los servicios de las entidades que hacen parte del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas”.
Uno de los objetivos más importantes de este tipo de programas es empoderar a las víctimas. Odalis Yaneth Morales, quien perdió a su padre y a su hermano y salió desplazada hace 14 años, lleva siete en el proceso con la Unidad para las Víctimas. Actualmente es artesana y empresaria y además madre cabeza de familia. Desde hace 18 años trabaja la fibra de cañaflecha, material con el que se elaboran los sombreros vueltiaos. Ella elabora accesorios como aretes, bolsos, manillas y billeteras con sus pies: “La discapacidad en mi mente no existe. Es una frase que le quiero dejar a Colombia: la discapacidad es mental y no física”.
Es así como las 261 personas víctimas con discapacidad que han participado en estas jornadas, que se hicieron en los meses de julio y noviembre, junto con los 146 acompañantes aprenden acerca de los diferentes tipos de discapacidad, los derechos a los cuales tienen acceso y la importancia de dar a conocer a otras personas en su misma condición sobre su inclusión en el Registro Único de Víctimas: “La visibilización es muy importante para ellos y el acceso a la ruta diseñada para el enfoque en discapacidad. Ellos ven este tipo de capacitaciones como una medida asertiva de la Unidad para darles a conocer sus derechos, lo que hace que las convocatorias a este tipo de espacios sean muy efectivas”, precisó la funcionaria.