Con actos simbólicos que representan medidas de satisfacción para las víctimas del conflicto, la Unidad para las Víctimas y la Personería de Pereira, entre otras entidades, rindieron un homenaje a las víctimas de minas antipersonal y los líderes que luchan contra ese flagelo en el país.
Hubo frases como “Los niños sufren en la guerra”, “Basta ya con las minas antipersonales, señores de los grupos armados entiendan que nosotros los campesinos inocentes, siempre nos llevamos la peor parte”, “La paz es amor, la paz no es guerra, en lugar de balas más valores, en lugar de bombas, más bombones” que fueron expuestas por las víctimas en un tendedero que se dispuso por la Unidad para tal fin.
De acuerdo con cifras de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en Colombia hay 12.170 víctimas de minas antipersonal y municiones sin explosionar registradas entre 1990 y 2022. En el departamento de Risaralda habitan 103 personas víctimas de minas antipersonal, munición sin explotar o artefacto explosivo improvisado, según los datos de la Red Nacional de Información
La Unidad para las Víctimas, desde el 2012 hasta el 28 de febrero de 2022 había colocado 839 giros con una inversión que supera los $1.000 millones. En cuanto al reconocimiento de la medida de indemnización, 624 personas han recibido el recurso económico por eventos relacionados con este hecho victimizante con una inversión que supera los $12.800 millones.
Laura Moreno Mejía, directora territorial de la Unidad en esta zona del país, dijo: “Estas jornadas conmemorativas son muy especiales para nosotros como entidad. Por medio de ellas dignificamos a las víctimas y les brindamos herramientas para que sigan adelante con su gestión de sensibilizar a la sociedad frente a este flagelo de las minas, no queremos más muertos o amputados en el país por esta causa”.
“Este es el peor invento que pudo existir en la cabeza del ser humano. Por qué robarles los sueños a las personas con una mina que los deja muertos o en el mejor de los casos amputados. Por eso los invito a todos a ser empáticos con ellos. Las minas no solo mutilan partes físicas, también el corazón y los sentimientos”, aseguró Katery Albornoz, una de las líderesas que acompañó el acto.
Según Rubiel Grajales, otro de los asistentes, “es muy grave lo que hacen los integrantes de los grupos armados: no hay conciencia, ponen por doquier estas armas mortales y no son conscientes que los campesinos son los que llevan la peor parte. Nosotros los campesinos solo tenemos una pala, un azadón y un machete para trabajar. ¡¡No más minas!!”.
Fin: (EHB/COG)
