En busca de sus raíces

Los diferentes procesos de reparación colectiva que ha realizado la Unidad en el país con las comunidades afrodescendientes coinciden en la necesidad de rescatar y preservar sus prácticas culturales como un mecanismo para la rehabilitación comunitaria.

Avances con los Palenques (Bolívar):

El conflicto armado afectó particularmente a la comunidad palenquera, modificando sus estilos de vida, prácticas culturales, tradiciones y costumbres. La Unidad para las Víctimas reconoció las iniciativas comunitarias de la unión de la historia africana en Colombia. El proyecto surgió de la iniciativa simultánea de cuatro comunidades negras de origen palenquero que empezaron a reflexionar sobre su proximidad en términos del lazo cultural que las une: ser descendientes del cimarronaje, lo que, como proceso político y social, sentó las bases de la lucha por la abolición de la esclavitud en el siglo XIX.

La Unidad para las Víctimas ha reconocido como sujetos de reparación colectiva a los cuatro consejos comunitarios que integran el proyecto Makankamaná en San Basilio de Palenque, en el municipio de Mahates; el consejo comunitario de comunidades negras de Uré, en el municipio de San José de Uré; el consejo comunitario Jacobo Pérez Escobar, en el municipio de Aracataca; y el consejo comunitario Libertad, en el municipio de San Onofre. Cada uno de ellos cuenta con un nivel diferente de avance en el proceso.

Entre las medidas de satisfacción previstas, se realizó el encuentro de palenques denominado 'Una sola historia, una sola raíz', cuya primera versión se llevó a cabo entre el 23 y el 26 de julio de 2015, en el corregimiento Macaraquilla, en Aracataca. Cada pueblo palenquero compartió con los demás la historia de su conformación y rescató algunas de las fortalezas organizativas. A través del baile y el canto de las maestras, San José de Uré explicó su proyecto etnoeducativo.

Por su parte, la comunidad de La Libertad contó cómo, a ritmo de mapalé y de juegos tradicionales, han fortalecido su proceso organizativo como estrategia de resistencia al confinamiento, a los asesinatos selectivos y las masacres que impuso el proyecto paramilitar en la primera mitad de la década pasada. El consejo comunitario Jacobo Pérez Escobar relató a través de alabanzas los hechos de violencia a los que se vieron expuestos como comunidad desde la época de la bonanza marimbera en la zona hasta nuestros días y explicaron el sentido de su nombre: rendir memoria a uno de los juristas negros más importantes del país y único gobernador negro del Magdalena.

Así mismo, contaron que a partir del 2006 han hecho un gran esfuerzo para recuperar la lengua y bailes como los “cumbiamberos”, los “bailes de los negritos” y la reestructuración social ligada a la recuperación del territorio ancestral. De otro lado, los miembros de San Basilio de Palenque (referente cultural, histórico y de resistencia) compartieron el significado de sus trenzas como caminos de libertad y, a ritmo del “Baile de la pava y el pavo”, contaron su trayectoria.

Para dar continuidad al encuentro, las comunidades, encabezadas por el consejo comunitario de San José de Uré, presentaron en septiembre de 2015 un proyecto al Programa de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura. Este permitirá realizar cuatro encuentros de intercambio cultural en cada uno de los territorios de los consejos comunitarios, con temáticas específicas: fortalecimiento político organizativo, fortalecimiento de la espiritualidad y elementos mágico-religiosos, consolidación territorial y un encuentro final donde se constituya la red de procesos palenqueros que dé sostenibilidad a las conclusiones de los encuentros y que fortalezca la capacidad de interlocución de los consejos en el marco de la consulta previa, libre e informada. La Unidad para las Víctimas se sumó a este esfuerzo mediante la cofinanciación del proyecto, a través del apoyo logístico de las actividades.

Bojayá (Chocó)

El 2 de mayo de 2002, la comunidad de Bojayá vio morir a decenas de niños y mayores, después de que un cilindro bomba explotara en el lugar donde se resguardaban de los enfrentamientos entre la guerrilla de las FARC y grupos paramilitares.

La Unidad para las Víctimas tuvo en cuenta esos daños grupales para trabajar en un proceso de reparación colectiva, que busca sanar en la medida de lo posible las heridas de la violencia. Para ello, se ha avanzado en el diálogo con la comunidad y el grupo de apoyo conformado para impulsar el proceso.

Como parte de la delegación del Gobierno Nacional, la directora de la Unidad para las Víctimas, Paula Gaviria, acompañó el pasado 6 de diciembre el acto donde las FARC reconocieron su responsabilidad por los hechos ocurridos 14 años antes.

Ya en febrero de este año, la Unidad para las Víctimas y otras instituciones de los niveles local, regional y nacional brindaron atención a alrededor de 850 personas, mientras que en abril se llevó a cabo una nueva jornada de trabajo orientada a mantener viva la memoria de los fallecidos, con especial énfasis en los niños y niñas.

La comunidad de Bojayá planteó la necesidad de formar a las nuevas generaciones como contadoras, parteras y curanderos, y la importancia de recuperar sus prácticas productivas. Por petición de la comunidad, la Unidad para las Víctimas apoyó también el proceso de identificación, individualización y exhumación de los restos de las víctimas. Este año la gran apuesta es protocolizar el plan integral de reparación colectiva.

Guacoche (Cesar)

La comunidad afrodescendiente de Guacoche, en el departamento del Cesar, sufrió la violencia extrema por parte de los grupos paramilitares en la década de los noventa. Su máximo líder, Argemiro Quiroz, fue asesinado en la plaza central de su comunidad. Además, les impidieron tener animales domésticos y les restringieron la libre circulación y las prácticas productivas.

A finales de noviembre de 2014, la Unidad comenzó a trabajar con ellos la formulación del Plan Integral de Reparación Colectiva. Esta comunidad ha participado activamente en el proceso de salvaguarda étnica y a lo largo de este año se trabajará en la implementación de varias medidas de reparación colectiva étnica. Entre ellas, se realizarán actividades como encuentros intergeneracionales en el río; rehabilitación comunitaria; fomento del deporte y el uso de bicicletas para el transporte rural y el fortalecimiento institucional de protección territorial.

En enero de 2016, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, conoció el proceso de reparación colectiva en Guacoche. "La experiencia de ustedes es algo totalmente inolvidable para mí. [...] Yo aprendí de sus experiencias con el corazón. Hablaré de ustedes en otros escenarios. Vamos a aprender de ustedes para ayudar en otros conflictos armados en el mundo", aseguró el presidente del Banco Mundial.

Videos de avances

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En Colombia existen 4.311.757 personas que se auto-reconocen como negras, afrocolombianas, raizales o palenqueras. El 80% de los sujetos étnicos que habitan el territorio nacional pertenece a esta comunidad.