Contribuir a superar la estigmatización, la polarización y el rezago con las víctimas: un compromiso firme de la Unidad con la Paz Total

Patricia Tobón Yagarí, directora de la Unidad para las Víctimas, comparte en esta columna de opinión un mensaje contundente sobre la responsabilidad de la entidad, el Estado y la sociedad de escuchar la voz de las víctimas como parte central de las conversaciones por la paz.

Son muchos los prejuicios que han imposibilitado que el país comprenda de manera profunda cómo el conflicto armado afectó a las víctimas, a sus familias, comunidades y territorios. Las víctimas no solo han tenido que soportar el dolor que ha dejado la confrontación armada; también han enfrentado la indiferencia de la sociedad y del Estado, la polarización y la estigmatización que ha permitido que se justifiquen las múltiples violencias que, históricamente, se han ejercido en su contra.

Por eso, desde la Unidad para las Víctimas estamos convencidos que para avanzar hacia la Paz Total es necesario promover una reflexión pública, humana y seria que contribuya a dejar atrás esta revictimización que tanto daño les ha hecho a las víctimas del conflicto armado y les dé la centralidad que merecen en cualquier conversación de paz, sin importar el sector al que pertenezcan.

Esta tarea la hemos asumido con firmeza. A nivel nacional y en distintos territorios del país hemos propiciado y seguiremos promoviendo procesos de diálogo, convivencia, visibilización, dignificación y reconocimiento de lo sucedido con el fin de resaltar el poder transformador de las víctimas y su capacidad propositiva de cara a la construcción de la paz.

Durante estos meses hemos trabajado arduamente en estos procesos y nos comprometimos a seguirlos desarrollando porque creemos firmemente que, además de avanzar en la reparación integral, la voz y participación de las víctimas es de suma importancia para dar pasos hacia la superación de la violencia y la reconstrucción del tejido social de Colombia.

Las víctimas deben tener la palabra y cumplir un rol protagónico en la política de la Paz Total. Son ellas y ellos quienes, desde sus experiencias, pueden contarle al país cómo han resistido ante la violencia ejercida por los actores armados, la sociedad y el Estado mismo.

Son las víctimas del conflicto armado quienes tienen la autoridad ética y moral de participar en estas discusiones públicas para decirnos sobre qué bases debemos transitar para convertirnos en un Estado que garantice el pleno acceso de sus derechos a la justicia, a la verdad, a la reparación y la no repetición.

No podrían ser otras sino las víctimas las que nos cuenten esta realidad y nos muestren el camino. Ellas y ellos le han puesto el cuerpo a esta dolorosa confrontación armada, son quienes han dado segundas oportunidades luego de sufrir múltiples afectaciones y quienes han resistido y demostrado su poder transformador a través de procesos de liderazgo para mejorar las condiciones de vida de sus familias, comunidades y territorios.

Por eso, como Unidad para las Víctimas, como Gobierno del Cambio y como sociedad, debemos escuchar con atención a las víctimas del conflicto armado y tener en cuenta sus aprendizajes, propuestas y recomendaciones para garantizar que esto que nos pasó no vuelva a ocurrir nunca más.  

Un rezago histórico 

Contribuir a superar la estigmatización y la polarización no es la única tarea que asumimos desde la Unidad para las Víctimas. Diariamente hemos trabajado por avanzar en saldar la deuda histórica que existe en materia de atención y reparación integral.

En el proceso nos hemos fijado metas bastante ambiciosas: la aceleración de los pagos de indemnización administrativa, la concertación y formulación de 642 planes de reparación colectiva, el retorno y reubicación de 368.000 víctimas, entre otros.

Muestra de ello es que, en estos primeros meses, hemos logrado avances históricos como el reconocimiento del Movimiento Sindical Colombiano como Sujeto Colectivo, el pago parcial de indemnizaciones judiciales a casi 8.000 víctimas de tres grupos paramilitares con más de 23.000 millones de pesos provenientes de recursos propios del Fondo para la Reparación, el fortalecimiento de la participación efectiva de las víctimas de todos los sectores con más de 30 mesas para aportar a la construcción del Plan Nacional de Desarrollo y la atención a emergencias y confinamientos en distintos territorios del país.

Sin embargo, en el camino nos hemos encontrado con diversas dificultades, pues recibimos la entidad con un rezago enorme en el cumplimiento de la política de víctimas.

Por ejemplo, durante los más de diez años de vigencia de la ley solo se han indemnizado a un poco más de un millón de víctimas a pesar de que son más de siete millones las que están registradas en el Registro Único de Víctimas (RUV) y que son sujetos de atención. Es decir, hay un rezago por indemnizar de más de seis millones de víctimas, y si siguiéramos en el mismo ritmo de ejecución, solo se podrían terminar de indemnizar hasta el año 2082.

En materia de reparación colectiva hay que decir que existen 879 sujetos colectivos identificados, de los cuales tan solo se han reparado administrativamente 54. Lo anterior implica un rezago de 829 sujetos que, bajo esta misma lógica, solo podrían ser atendidos hasta el año 2046.

Además, recibimos una dificultad enorme en materia de presupuesto pues, según lo han establecido los órganos de control, se requieren cerca de 302 billones de pesos para la reparación integral de todas las víctimas del conflicto armado. Por esa razón, hemos venido trabajando para conseguir mayores recursos y así implementar las acciones que le permitan a las víctimas acceder a sus derechos en materia de reparación integral.

Queremos resaltar que hoy en día nos encontramos en medio de un panorama totalmente diferente al del momento en el que se discutió y creó la Ley de Víctimas. Y desde la Unidad estamos trabajando decididamente para cumplir con el mandato que nos encomendó el presidente Gustavo Petro: implementar las transformaciones institucionales que posibiliten la disminución de estas brechas y así se supere el estado de cosas inconstitucionales que tanto nos han advertido las víctimas, la Corte Constitucional y la Comisión de Seguimiento a la política.

Para ello, hemos propuesto una metodología que presentaremos ante la Corte Constitucional y que nos permitirá, a todas las entidades del Estado, identificar cuáles son las falencias, los obstáculos y las acciones para superar estas dificultades a partir de un trabajo conjunto como Gobierno.

También hemos trabajado en una reestructuración profunda de los procedimientos y modelos operativos de la entidad, priorizando los procesos de reparación colectiva, retornos y reubicaciones, indemnización administrativa, superación de situación de vulnerabilidad, atención humanitaria de emergencia y el protocolo de participación efectiva de las víctimas.

El Cambio para Servir implica un ejercicio de ajustes de fondo hacia la reparación transformadora, basada en los enfoques territorial, étnico y de centralidad en las víctimas. Por eso le hemos apuntado a los objetivos de hacer la entidad más eficiente y eficaz, reduciéndonos en lo nacional y ampliándonos en lo territorial, para que la entidad pueda llegar a los lugares más apartados del país.

En medio de esta conmemoración a las víctimas, también queremos hacer un llamado a las demás instituciones del Gobierno Nacional para que, en sus programas y proyectos, tengan en cuenta y prioricen a las víctimas del conflicto armado. Creemos que es necesaria la articulación, el trabajo conjunto y la realización de un debate público en el que participen las víctimas, los órganos de control, el Congreso y las entidades del Gobierno Nacional para concretar qué es lo que se le reformará a la Ley de Víctimas, con el fin de superar estos rezagos y garantizar una verdadera reparación integral.

El mayor reto está en pasar de una política meramente asistencialista a una política que contribuya a generar soluciones duraderas que permitan la estabilidad socio económica de las víctimas y que sea efectiva para, por ejemplo, temas de vivienda, educación y generación de ingresos.

Por último, quiero decir que en la Unidad para las Víctimas somos conscientes de que queda mucho por hacer, pero estamos comprometidos a desarrollar y promover un trabajo grande y decidido a nivel nacional, así como una conciencia amplia de lo que significan las víctimas y la importancia de sus propuestas para superar la página del conflicto armado en todos los territorios del país.




Unidad para las Víctimas
Oficina Asesora de Comunicaciones, Bogotá 9 de abril de 2023