Motivación
En el 21% de los casos, las víctimas dan información que permite inferir que el hecho se realizó como una estrategia de guerra y en el 19% que obedeció a la satisfacción sexual del victimario.
De acuerdo con las declaraciones analizadas[2], 188 mujeres fueron víctimas de violencia sexual en el marco del
conflicto armado en el año 2001, tipificados de acuerdo con las narraciones de hechos como acceso carnal violento.
Algunas mujeres señalaron que el grupo armado con mayor responsabilidad en este hecho era propietario de una
droguería en donde varias de ellas fueron abusadas. Otras mujeres fueron violentadas cuando se dirigían hacia
algún lugar, las abordaron en sus lugares de trabajo en el campo o fueron abusadas en sus viviendas, generalmente
cuando se encontraban solas.
Pertenencia étnica
8 se reconocen como indígenas
6 se reconocen como afrocolombianas
Criterio de
priorización:
Incidencia[1]
CICLO VITAL DE LAS NIÑAS Y ADOLECENTES EN EL MOMENTO DE LA OCURRENCIA DEL HECHO (2)
En el 21% de los casos, las víctimas dan información que permite inferir que el hecho se realizó como una estrategia de guerra y en el 19% que obedeció a la satisfacción sexual del victimario.
+ Antes de la violencia sexual, el 6% de las mujeres reportaron haber sido amenazadas.
+ El 37% de las mujeres aducen haber sufrido leciones personales.
+ Luego de la ocurrencia del hecho, las víctimas se enfrentaron con:
Embarazos
Lesiones personales
Trastornos psicológicos
Abortos
Enfermedades de transmisión sexual
Desplazamiento forzado
Amenazas
Los principales victimarios son los grupos paramilitares, denominados por las víctimas de tal forma (51%) o en algunos casos se especificó que hacían parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) (32%).
[1] Este criterio de priorización se aplicó con información significativa frente a la incidencia del hecho y a la
presencia de este enfoque diferencial que caracteriza a las víctimas que hacen parte de este análisis.
[2] Cifras con corte RUV al 24 de septiembre de 2019.
[3] Estos rangos de edad corresponden al momento en que las mujeres sufrieron el hecho victimizante.
[4] La víctima puede percibir o interpretar que la acción fue cometida por cierto grupo armado, pero el autor
puede ser otro. Asimismo, la identificación del presunto autor parte a su vez, de la autodenominación que
realiza el victimario; lo cual no necesariamente coincide con la realidad, si se tiene en cuenta que esta
denominación puede cambiar. De igual forma, en algunos casos la víctima no hace mención alguna a una
posible identificación del victimario (no informa), que difiere en los casos en los que la víctima señala
expresamente que no conoce quién o a qué grupo pertenece el victimario.
La información presentada se extrae de los Formatos Únicos de Declaración.