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En agosto de 2010, el Congreso de la República aprobó la Ley 1408, por la cual se rinde homenaje a las víctimas del delito de desaparición forzada y se dictan medidas para su localización e identificación.

La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, aprobada un año después, incluía un artículo cuyo objetivo era “contribuir en la búsqueda de los desaparecidos y colaborar para la identificación de cadáveres y su inhumación posterior, según las tradiciones familiares y comunitarias, a través de las entidades competentes para tal fin”. No es la única medida al respecto.

Desde que la Unidad para las Víctimas entró en funcionamiento en 2012, la entidad ha acompañado la entrega de restos a 1.579 familias con víctimas de desaparición forzada y homicidio, en 26 departamentos del país. Este acompañamiento se convierten en una medida de satisfacción, parte de la reparación integral a la que tienen derecho las víctimas del conflicto armado.

“Uno de los deseos habituales de familiares y amigos consiste en saber dónde está el ser querido. Por eso, es importantísimo el apoyo psicosocial que ofrecemos en estos casos, cuando se tramitan duelos y recuerdos, que significan, de algún modo, cerrar un capítulo personal en la vida de esas familias que anhelan reencontrarse con esa persona tan querida”, asegura Paula Gaviria Betancur, directora de la Unidad para las Víctimas.

Los familiares de personas desaparecidas incluidos en el Registro Único de Víctimas tendrán derecho a medidas de asistencia como la ayuda humanitaria. En cuanto al programa de reparación individual, se han destinado más de 355.000 millones de pesos en la indemnización administrativa de unas 78.000 víctimas directas e indirectas de este hecho.

Además, la Unidad para las Víctimas viene implementando una ‘Estrategia de recuperación emocional a nivel grupal’ con el propósito de contribuir al proceso de reparación integral de las víctimas. En ese contexto, se han atendido 1.919 familiares de personas desaparecidas forzadamente, con corte a junio de 2015.


Las voces de las víctimas han adquirido un protagonismo como nunca antes en nuestra historia. Víctimas de desaparición forzada también ocupan puestos de representación en las mesas de participación municipales, departamentales y nacional.

Sus testimonios se están abriendo paso en las instituciones y la opinión pública, como sucedió recientemente en el conocido caso de ‘La Escombrera’ de Medellín, donde la Unidad para las Víctimas está brindando acompañamiento psicosocial a las víctimas involucradas y se realizan talleres para la construcción de acciones simbólicas.

“En Colombia, a medida que las víctimas están cobrando protagonismo en el espacio público, también vamos entendiendo las implicaciones de estos hechos y la importancia de escuchar los relatos de los familiares que aún esperan encontrar a sus seres queridos”, sostiene Paula Gaviria.
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