No se puede hacer nada por cambiar lo que pasó,
Con estos mensajes queremos darle a conocer al mundo, que pase lo que pase, siempre vamos a tener la fuerza para salir adelante, sin rencor en nuestros corazones.
Por la dignidad de las víctimas.
En La Gabarra y zona del Catatumbo, muchas mujeres víctimas del conflicto armado sobrevivimos a la crueldad de la guerra y muchas otras no. Algunas perdimos el horizonte, quedando en la desorientación y en la pobreza. Hemos resistido, juntándonos para tomar aliento de vida, pidiendo a Dios protección para todos y fortaleza para criar los hijos que no eran nuestros hijos. La violencia física, sexual y psicológica marcó nuestras vidas, y frustró nuestros sueños y metas; aún existen persistentes recuerdos de los gritos, los ruidos, la presecución que nos hacen erizar la piel.
Luego de la intensificación del conflicto armado que vivió los pobladores de la Gabarra a finales de los años noventa y como necesidad de la comunidad de transformar el dolor para darle otra mirada, se ha gestado el Festival por la Vida. Una iniciativa de la comunidad gabarrense que nació en el año 2006 en donde participan distintas generaciones, tejiéndose de nuevo la cultura de la unión entorno a una festividad para recuperar practicas y tradiciones que opaco la violencia. El festival es el escenario para mostrar las expresiones artísticas de los habitantes de este corregimiento ubicado en el municipio de Tibú, exaltar el orgullo gabarrense y su vocación por el campo y donde sus habitantes entre pasos ocupan las calles que se extienden hasta el río Catatumbo para honrar e iluminar el recuerdo por las víctimas que ha dejado el conflicto armado."
La Casa de Paz es un lugar de memoria dedicado a honrar a las víctimas del conflicto armado y sus Sobrevivientes, para no olvidar lo sucedido y denunciar aquello que no debe volver a pasar. También es un espacio que invita a mirar el presente y los sueños que tienen para el futuro los habitantes de este territorio. Este es un lugar testimonial, eso quiere decir que aquí ocurrieron violaciones a los derechos humanos. La permanencia de esta edificación invita a reconstruir y resignificar el pasado así como a darle nuevos sentidos al presente.
La Gabarra fue el escenario de asesinatos, desplazamientos, desapariciones forzadas y masacres cometidas por diversos actores armados, entre ellos guerrillas, paramilitares y disidentes. El origen de este corregimiento data de los años cincuenta. Décadas en la que se construyó un planchón, ferry o gabarra en el Río Catatumbo, para transportar vehículos y personas, a fin de conectarlos a las dos orillas del río. Como una metáfora de esta acción que dio nombre al corregimiento, la Casa de Paz quiere ser una Gabarra que permita conectar las orillas distantes entre lo que fue, lo que es y lo que puede llegar a ser este territorio.
En la Gabarra hoy conviven propios y foráneos que han sido acogidos en esta geografía, en la cual han nacido sus hijos y han desarrollado sus proyectos de vida. Sus habitantes reconocen la fortaleza conjunta que les ha permitido cambiar su propia historia y consideran que esta cara de su historia también merece ser conocida por la sociedad colombiana.
Por ello, lo que las y los visitantes de este lugar van a ver es el resultado de un proceso colectivo de reconstrucción de memoria en el que las víctimas del conflicto armado, representadas por el Comité de Impulso, le cuentan la país y al mundo sus vivencias del antes, durante y después de la guerra, las consecuencias y daños que éstas les ocasionó, el valor y la resistencia de los habitantes del municipio y su clamor por la no repetición.
Se espera que la Casa de Paz sea un espacio que contribuya a la reflexión sobre lo sucedido, y a la vez que continué siendo un espacio vivo para el encuentro entre víctimas, organizaciones y la sociedad en general.
Este espacio de memoria ha sido creado en trabajo concentrado y liderado por el Comité de Impulso para que las nuevas generaciones conozcan las memorias de un pasado que existía antes de la violencia, para que reconozcan el valor de sus ancestros ante los muchos hechos victimizantes que ocurrieron en el marco del conflicto armado y para que se escuche la voz de mujeres y hombres que dicen ¡aquí estamos y nada nos detiene!
La re significación de este espacio se desarrolló en el marco del proceso de implementación de las acciones de reparación colectiva e iniciativas del plan de acción para la transformación regional-PATR del pilar 8, liderado por la Unidad para las Víctimas, en articulación con la Consejeríua para la Estabilización y la Consolidación, gracias al aporte del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz y en apoyo con el Programa de las Naciones para el Desarrollo-PNUD.