Las otras formas en las que las mujeres han sufrido violencia sexual 

La violencia sexual contra las mujeres y sus cuerpos va más allá del acceso carnal violento. La explotación sexual en prostitución, desnudez forzada, la esterilización y aborto forzado, son solo algunas de esas otras formas en las que los actores armados legales e ilegales, en el marco del conflicto armado, han atentado contra la vida, integridad y dignidad de las mujeres. Después de estos actos coercitivos y realizados sin su consentimiento, muchas testimoniantes han manifestado cargar con culpa por unos actos que de ninguna manera fueron su responsabilidad. 

“Me pegaron, me cortaron el cabello, me hicieron de todo lo que se pueden imaginar, me violaron cuatro hombres al mismo tiempo. Yo solo me aferré a Dios y a que mi mamá me encontrara”.

“Me pegaron, me cortaron el cabello, me hicieron de todo lo que se pueden imaginar, me violaron cuatro hombres al mismo tiempo. Yo solo me aferré a Dios y a que mi mamá me encontrara”.

Se trata de violación: cuando actores armados fuerzan a miles de mujeres a tener relaciones o contactos sexuales con otras personas. 

“Los paramilitares me hicieron desnudar cuando estaba embarazada frente a todo el pueblo. Lo hicieron como castigo por disque “no dejarme enamorar””.

Se trata de desnudez forzada: este tipo de violencia sexual consiste en obligar a las mujeres desnudarse y exponer su cuerpo en público, afectando su privacidad y su dignidad.  

“Yo entré cuando tenía 13 años a la prostitución. Los paramilitares me obligaron y pues yo necesitaba llevar plata a la casa. Eso acá venía todo el mundo: gringos, militares, policías, de todo”.

Prostitución forzada: consiste en obligar a las mujeres a ejercer la prostitución. Las víctimas son explotadas sexualmente, privadas de su libertad y controladas por otras personas para réditos económicos de sus cuerpos. 

“Acá en el municipio venían en buses y con lista en mano. Sacaban a las mujeres y las llevaban al hospital sin decirles para qué. Allá a muchas nos hicieron tomar unas pastillas. Sangramos mucho. Después de eso, ninguna pudo volver a tener hijos”.

Esterilización forzada: como mecanismo de control territorial, los grupos armados realizan esterilización a cientos de mujeres sin su consentimiento, violando sus derechos reproductivos y su autonomía. 

“Llevaba varios años en la guerrilla. Había una política muy estricta de que no se podían tener hijos en las filas. Yo aborté en una casa abandonada. Me aplicaron una inyección y el médico me metió algo y me sacó el bebé, me dolió muchísimo”.

Abortos forzados: en contra de su voluntad, muchas mujeres son obligadas a abortar, decidiendo de manera violenta sobre sus cuerpos y dejando secuelas físicas y psicológicas.  

“A las mujeres las golpeaban, las torturaban, las mutilaban, le cortaban partes del cuerpo, las empalaban. A algunas mujeres nos contaron que los hombres del grupo armado metían objetos como linternas o velas en sus genitales”.

Mutilación de órganos sexuales y tortura: es dañar intencionalmente los órganos sexuales de una persona. Esta forma extrema de violencia sexual tiene como objetivo causar sufrimiento, dolor y dejar secuelas permanentes en las víctimas. 

 “Él quería que yo viera cómo torturaban, mataban y violaban a otras, y como yo me quería salir de allí, entonces me sentó y me amarró a la silla para que viera”.

Obligación a presenciar actos sexuales: en medio del conflicto armado, con el objetivo de generar traumas, control y sumisión en las mujeres, se les fuerza a presenciar actos sexuales. 

“Yo me fui a buscar trabajo en el centro del pueblo. Unos hombres me llevaron bien adentro del monte, y el primer día tuve que cocinarles a unas 200 personas de un grupo armado. Ya después no podía decir que no, venían a buscarme todos los días, no tenía descanso”.

Servicios domésticos forzados: Implica la explotación sexual y laboral mediante la imposición de tareas domésticas. Las víctimas son sometidas a condiciones de trabajo forzado, donde se vulneran sus derechos y se les priva de su libertad y dignidad. 

“Cuando había una infidelidad por parte de las mujeres, los paramilitares las castigaban. Por ejemplo, una vez, me pusieron un letrero que decía “yo soy infiel” y me pusieron a caminar por todo el pueblo. Sentí mucha vergüenza y culpa”.

La regulación de la vida social: consiste en controlar y limitar la vida social y sexual de las mujeres en el marco del conflicto armado. Esto se realiza mediante la imposición de restricciones y normas que restringieron su libertad y autonomía. Son actores coercitivos que buscan reducir el valor y la dignidad que las mujeres ven en sí mismas.

“Salieron unos panfletos de las Aguilas Negras que decían que en el pueblo no querían “maricas”. Mi hermana ya había hecho el transito a mujer trans. Esa noche cuando salió a comprar algo a la tienda, esos tipos la encontraron y me la mataron”.

El feminicidio: es un tipo de violencia sexual en el marco del conflicto armado en Colombia que se refiere al asesinato de mujeres por razones relacionadas con su género. Estos crímenes están motivados por el odio, la discriminación y la violencia machista, y tienen como objetivo controlar y someter a las mujeres. 

"A mí y a mi familia nos tocó irnos a otro sector porque ese man se enamoró de mí.

Me decía cosas en la calle sobre mi cuerpo, no me dejaba en paz. Temí mucho por mi vida".

El acoso sexual: es una forma de violencia sexual que implica insinuaciones, comentarios, tocamientos y comportamientos no deseados de naturaleza sexual hacia las mujeres.  

Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas
Oficina Asesora de Comunicaciones, Bogotá 25 de mayo de 2023