Siete víctimas del conflicto armado interno en Colombia que emigraron a Venezuela hace años, incluso décadas, para empezar una nueva vida, retornaron sin dinero, e intentan emprender un negocio en Cúcuta apoyados por la Unidad para las Víctimas y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
El grupo de víctimas se reunió en la sede administrativa de la Unidad en Norte de Santander, donde la profesional territorial de colombianos en el exterior, Liliana Murillo, y la delegada del NRC, Claudia Arbeláez, les explicaron el proceso del esquema especial de acompañamiento del que fueron beneficiados para crear un pequeño negocio.
Katherine Castro, una de las emprendedoras, reveló que quiere montar un taller de ropa interior y pijamas, algo en lo que ya trabajaba en Barinas, Venezuela, antes de que comenzará la crisis socioeconómica en el vecino país.
Carmen Yáñez quiere trabajar con su pareja en venta de lubricantes, Farina dijo que lo suyo es la venta de comida rápida, María le apunta a una refresquería, Alfonso quiere criar cerdos y gallinas, Martha se ilusiona con un salón de belleza y Fredy solicitó apoyo para su fábrica de bluyines.
“Este grupo de colombianos víctimas que vivían en el exterior y fueron focalizados desde esta territorial, se remitieron a la Unidad en Bogotá donde se hizo el convenio con el NRC. A partir de ese paso se inició el proceso de entrevistas para viabilizar las ideas de negocios”, explicó Liliana Murillo, profesional de connacionales de la territorial.
La reunión tuvo como objetivo dar a las siete víctimas un curso de contabilidad básica, para que tengan un conocimiento previo de cómo llevar los ingresos, costos y gastos de los negocios, y así puedan mantener sus proyectos a largo plazo” agregó.
Los profesionales de la Unidad aclararon a las víctimas que esta iniciativa no entrega recursos en efectivo sino insumos como dotación en maquinaria o equipo para sus negocios.
