Amor a primera vista. Así ha sido la historia de Alicia Duque y Fernando Aguirre, víctimas del conflicto armado que perdieron uno de sus 8 hijos durante el conflicto armado en Argelia (Antioquia). Después de 61 años de estar juntos, y sobrevivir a la violencia y las dificultades, su amor permanece intacto.
Esa historia de enamorarse “con tan solo una mirada” hasta casarse y conformar una numerosa familia antioqueña la relató la esposa como parte de los ejercicios de la nueva Estrategia de Reparación Integral con Enfoque de Derechos “Siembra”, en la que participó esta pareja dentro de un grupo de 60 víctimas que compartieron sus historias de vida y resiliencia para superarse.
Durante tres días, a través de una metodología de taller grupal coordinada por el equipo sicosocial de la Unidad para las Víctimas, Alicia y Fernando aprendieron a manejar el daño emocional de la muerte de su hijo, quien fue uno de los alcaldes más apreciados de Argelia.
La estrategia va llevando a los participantes de manera lúdica con puestas en escena, relato de historias, y manualidades. El objetivo no solo es el manejo de experiencias de sufrimiento que han pasado, sino el reconocimiento de los daños emocionales ocasionados en la historia personal, familiar y comunitaria por los hechos victimizantes que sufrieron, fortaleciendo sus capacidades y resiliencia. “Estas actividades nos ayudaron mucho, compartiendo vivencias con otras personas que también sufrieron pérdidas muy dolorosas durante la violencia”, manifestó Alicia en una de las jornadas.
Para Martha Suescún, víctima de desplazamiento del municipio de Cáceres, quien también participó en este taller, “estos espacios son importantes porque nos permiten conocernos y a partir de esto podremos reconciliarnos; adicionalmente aprendemos y no todo en la vida es dinero, hay otras formas de sentirnos reparados y entender que las víctimas tenemos unos derechos, pero también tenemos unos deberes”.
Según el director de la Unidad para las Victimas en Antioquia, Wilson Córdoba Mena, con esta estrategia “se pretende mitigar el impacto que causan en las personas los hechos victimizantes que sufrieron, para que tengan condiciones sicológicas con las que puedan reconstruir sus proyectos de vida y tener una vida familiar y social. Esto hace parte de su reparación integral”.
El funcionario también destacó que este proceso sicosocial permite restablecer vínculos entre las personas de una misma comunidad, “ayudando a reconstruir el tejido social dañado por la violencia”.
Desde el 2012, más de 31 mil personas afectadas por el conflicto armado en Antioquia se han beneficiado de los procesos sicosociales y de las estrategias de recuperación emocional .
(FIN/SMC/DRR)
