El Proyecto de Reparación Colectiva a Víctimas para la Reconstrucción Social surge como una respuesta al reto de hacer realidad la política de reparación colectiva a víctimas del conflicto armado en Colombia, formulada en la Ley 1448 y los decretos Ley 4633, 4634, y 4635 de 2011.
La política de reparación reconoce la imposibilidad material de reparar los daños del conflicto armado y atribuye la posibilidad de reparar, a la significación de las acciones como reparación. Por ello la concertación con las víctimas del conflicto armado del contenido de las acciones reparadoras es el fundamento de la reparación, es en esta concertación que se le atribuye sentido reparador.
El director de la Unidad para las víctimas Ramón Rodríguez se refirió a logros y las acciones emprendidas por la entidad en materia de reparación colectiva. “Hoy, cuatro años después de firmado el Acuerdo legal entre el Banco Mundial y el Estado colombiano, representado en la Unidad para las Víctimas, y a punto del cierre del Proyecto, se hace necesaria la reflexión sobre las lecciones aprendidas a lo largo de este tiempo, a través de acciones que pretendieron siempre fortalecer capacidades, cualificar procedimientos y hacer posible la reparación colectiva, para construir conocimiento que no solo cualifique el programa de reparación colectiva en Colombia, sino que pueda ser utilizado en otros lugares del mundo”.
En el tema de los logros y las lecciones aprendidas, el director de la entidad aseguró que “se favoreció la implementación de acciones reparadoras, que se reflejó en la instalación de capacidades administrativas y de gestión en los colectivos, la recuperación de prácticas tradicionales y el fortalecimiento de proyectos productivos, principalmente”.
Destacó también que son los aportes de cooperación internacional con los que se puede fortalecer la política pública y el programa de reparación colectiva, en materia de implementación y cualificación técnica del programa.
El director de la Unidad para Víctimas aseguró que en lo tiene que ver con los procesos que garantizan la participación efectiva de los pueblos y comunidades étnicas, “se destaca el fortalecimiento de los escenarios de consulta y el reconocimiento de la consulta previa como experiencia replicable”.
El proyecto de Reparación Colectiva ha generado espacios para potenciar, por un lado, el aprendizaje institucional y, por otro lado, las capacidades de los Sujetos de Reparación.
Ramón Rodríguez dijo que con esta medida se les “permitió a sujetos de reparación colectiva identificar y tramitar sus conflictos, favorecer sus habilidades comunicativas y mejorar el relacionamiento con la entidad y el trámite de las diferencias al interior del colectivo”.
El alcance de la política de reparación colectiva en el plano nacional es bastante alto, tanto por el número se sujetos de reparación colectiva (738 sujetos en ruta a mayo 31 de 2019), como por el tipo de sujetos (427 étnicos y 311 no étnicos que incluyen comunidades campesinas y organizaciones y grupos), como por que los sujetos de reparación colectiva se encuentran en todo el territorio nacional y, por la complejidad de las medidas contempladas: indemnización (sólo étnicos), restitución, satisfacción, rehabilitación y garantías de no repetición. Así que la implementación de medidas constituye un reto permanente.
(FIN/DFM/LMY)
