En esta localidad del sur tolimense se llevó a cabo el cierre de una medida de satisfacción dirigida a los habitantes de la zona rural, quienes en el pasado sufrieron los flagelos de la guerra, y que ahora escriben una nueva historia de perdón y reconciliación.
Víctimas del conflicto armado provenientes de las veredas Balsillas, Beltrán, Canoas, Copete y Potreritos, se reunieron en el mítico Bosque de la Memoria, ubicado en el casco urbano de Ataco, donde realizaron un acto simbólico de exaltación a los sobrevivientes del conflicto armado.
A través de la obra de teatro “Mi memoria, una resignificación de mi pasado”, las víctimas del municipio de Ataco le rindieron tributo a las personas que desaparecieron durante la guerra. Las entidades cooperantes bajo el liderazgo de la Unidad para las Víctimas, instalaron una placa conmemorativa como reconocimiento al rol de las víctimas en la sociedad.
“El programa de reparación colectiva es muy bonito, nos ha enseñado a recuperar el perdón, la reconciliación y la confianza entre nosotros y las instituciones”, señaló Vianey Montes, representante de la asociación de víctimas Atambipaz.
Por su parte Albeiro Perdomo, integrante del comité de impulso del sujeto de reparación colectiva, reconoció la labor de la Unidad para las Víctimas en Ataco. “Quienes hemos sufrido la guerra en carne propia aplaudimos la presencia de la Unidad y la realización de estos eventos que rescatan la memoria de las víctimas”.
Con este ya son tres cierres de medidas tanto de restitución como de satisfacción, dirigidas al municipio de Ataco como sujeto de reparación colectiva.
Para la implementación del Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC), la Unidad para las Víctimas reconoce el apoyo de entidades como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el SENA, la Alcaldía, la Personería de Ataco, entre otras.
