Con la entrega de ayuda humanitaria inmediata por parte de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas se suplen las necesidades básicas de cerca de mil indígenas de cinco comunidades embera de Dabeiba, las cuales comienzan a superar el confinamiento sufrido por el enfrentamiento entre grupos armados ilegales.
Después de vivir “con miedo y encerrados” por casi dos meses, hombres, mujeres y niños, pertenecientes a 189 familias de los resguardos de Amparradó, Jenaturadó y Cañaveral, salieron sonrientes de sus tambos al escuchar el sonido del helicóptero que transportó nueve toneladas de alimentos no perecederos y de aseo personal, con lo que se garantiza su seguridad alimentaria y sostenibilidad por un mes.
Esta intervención de tres días termina este viernes en el resguardo Cañaveral, siendo la primera vez que la Unidad para las Víctimas realiza una misión humanitaria helicoportada en Antioquia para atender a comunidades indígenas confinadas por el conflicto armado.
Wilson Córdoba Mena, director territorial de la Unidad, informó que “desde el principio cuando se denunciaron los hechos victimizantes se verificó en el territorio la situación de estas comunidades y, como resultado, se entrega esta ayuda humanitaria a través de la Subdirección de Prevención y Atención a Emergencias, para mitigar las afectaciones a los habitantes de estos resguardos que estuvieron en situación de confinamiento por la disputa entre la guerrilla del ELN y el grupo armado del Clan del Golfo”.
Para el transporte de la ayuda humanitaria, la Unidad gestionó con un consorcio de organizaciones humanitarias internacionales la contratación de la aeronave para poder transportar las 9 toneladas de víveres, debido a que los resguardos se ubican a dos y tres días de camino y transporte mular de la zona urbana de Dabeiba. Además, se unieron a esta labor la Alcaldía de Dabeiba y la Organización Indígena de Antioquia.
Comunidades satisfechas
La llegada de los alimentos y elementos personales mitiga la situación de confinamiento que empiezan a superar estas comunidades embera-katío. Según la vicegobernadora del cabildo mayor de Dabeida, Doralba Domicó, “es muy importante esta ayuda porque por la presencia de estos grupos armados era difícil la recolección de alimentos porque vivimos de la caza, la pesca, de recoger, maíz plátano y con esa violencia las familias se quedaron en la casa aguantando hambre”.
Los enfrentamientos armados entre la guerrilla del ELN y el Grupo Armado Organizado del Clan del Golfo ocurrieron a finales de agosto en zonas de los resguardos de Jenaturadó y Amparradó Alto. Como consecuencia, muchos indígenas atemorizados decidieron resguardarse por varios días en las zonas boscosas. También denunciaron el uso de minas antipersonal en zonas que frecuentan para cultivar, cazar o extraer madera.
Tras recibir la ayuda humanitaria, el gobernador del resguardo Amparradó, Luis Eduardo Guacero, afirmó satisfecho que “ojalá nos sigan acompañando las instituciones porque ese enfrentamiento fue muy duro, quedamos muy asustados. No podíamos salir a recolectar alimentos y duramos más de un mes encerrados. Ahora estamos mejor”.
“Durante el mes de octubre, la Unidad para la Reparación a las Víctimas ha entregado unas 60 toneladas de ayuda humanitaria a más de 600 familias de 16 comunidades integradas por casi 3.000 indígenas en los municipios antioqueños de Dabeiba y Murindó”, informó el director territorial, Wilson Córdoba Mena.
Desde 2012 la entidad ha coordinado la atención de 5.400 emergencias humanitarias causadas por el conflicto armado, que la convierte en el principal agente humanitario en Colombia.
(Fin/JCM/LMY)
