Su figura menuda y sus 158 centímetros de altura contrastan con la fortaleza con que guía a otras víctimas de violencia sexual. A Mariela Arroyo, representante legal de la organización Supérate, no le tiembla la voz para romper estereotipos o defender a “sus mujeres” de ataques que pretenden hacerles revivir su infierno.