Las actividades conmemorativas y el homenaje a las 35 víctimas de la masacre de La Chinita iniciaron ayer a través de espacios radiales y virtuales, con narrativas y diferentes perspectivas de aportes históricos y reconstructivos que con el pasar de los años se han dado en torno a este hecho que trajo desgracia a una comunidad, pero que les permitió iniciar un proceso de reparación colectiva en el municipio de Apartadó.
El contexto de pandemia causado por la covid-19 no fue impedimento para que las víctimas e integrantes del comité de impulso de La Chinita homenajearan, como en otros años, a sus seres queridos, con la participación de organizaciones que han aportado en la reconstrucción de la memoria y esclarecimiento de la verdad como parte fundamental de este proceso colectivo que llevan de la mano con la Unidad por alrededor de siete años, que integra a otra entidades del Sistema Nacional de Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV).
Desde el comité de impulso han trabajado en diferentes actividades propuestas en el Plan de Reparación Colectiva que presenta un avance de implementación del 61% para el restablecimiento de los derechos de las víctimas directas y ha aportado a una comunidad en el mejoramiento y la reconstrucción del tejido social, a través de proyectos de infraestructura, la vinculación de los jóvenes por medio de la oferta educativa y el fortalecimiento de los clubes juveniles, con lo que se aporta a la mitigación del riesgo de reclutamiento ilícito y a la no repetición.
En cuanto a esa reconstrucción social, Tulio Ortiz, presidente de la Junta de Acción Comunal se refirió a la estigmatización que había sufrido el barrio a raíz de la masacre: “Realmente para el barrio Obrero este hecho fue lamentable, fue una amenaza y una dificultad, porque tenemos que recordar que la gente al barrio Obrero no quería entrar; pero gracias a Dios y a los líderes que en su momento supieron aprovechar esa situación, se convirtió en fortaleza, y hoy el barrio Obrero es ejemplo a nivel nacional y casi internacional, porque cuando nos invitan a eventos en otras partes nosotros somos ejemplo para otras comunidades”.
Durante las conmemoraciones, la directora de la Unidad para las Víctimas territorial Urabá Darién, Elizabeth Granada Ríos, expresó en diferentes espacios radiales su mensaje de solidaridad y reconocimiento a la fortaleza de quienes sobrevivieron para cargar con su pena, la capacidad del colectivo de transformar un hecho doloroso en un escenario de reconciliación. Además, hizo un recuento de cómo La Chinita inició el proceso con la Unidad: “Hay que tener en cuenta que el sujeto de reparación colectiva tuvo prioridad al ingresar al Registro Único de Víctimas, y para el año 2014 la Unidad venía realizando acercamientos y actividades con esta comunidad, y para el 2015 ya teníamos un Plan de Reparación Colectiva”.
Sin embargo, pese a todo lo alcanzado, “aún queda mucho por hacer con La Chinita, ya que se ha buscado, desde el punto de vista colectivo, transformar y repercutir en la comunidad y eso se ha venido haciendo de la mano con los líderes que tiene este sujeto de reparación en su comité de impulso, que ha hecho un trabajo incansable; lo importante es que hemos venido avanzando, porque esto no es solamente la Unidad, también la administración municipal y todas las entidades que entran a apoyar desde el SNARIV”, argumentó la directora.
La masacre de La Chinita está considerada dentro de los graves casos de violaciones sucedidas contra la población civil en el contexto del conflicto armado colombiano, permitiendo así que alrededor del colectivo se avance en otras medidas y procesos, como la reconstrucción de la memoria histórica, a través de Centro Nacional de Memoria Histórica, el informe que han venido realizando las víctimas para el esclarecimiento de los hechos ante la Comisión de la Verdad y demás estamentos que los conduzcan a la Verdad y a la Justicia.
Con respecto al tema de la indemnización individual, Granada Ríos precisó que se ha avanzado, pese a las dificultades que existen en la localización de algunas víctimas y a circunstancias en el registro, la declaración y aporte de documentación. “Frente a estas novedades se han realizado reuniones con los líderes del sujeto sobre estas circunstancias, el no querer saber o recordar nada de lo sucedido, imprecisiones en el momento de declarar entre otras situaciones que han sido puestas en conocimiento del colectivo, que como institución hemos venido atendiendo para llegar a ese 100% de estas víctimas individuales. Lo importante es que estas víctimas directas ya han recibido indemnizaciones por un valor de $435 millones. Falta mucho por hacer, pero de la mano con el colectivo, la administración y el SNARIV completo vamos a llegar a un ciento por ciento”, concluyó la funcionaria.
Fin/CYTS/EG
