Escudo de Colombia y texto de la Unidad para las Víctimas

Ahora el reto es la reparación de las víctimas de Ituango

Los sobrevivientes y familiares de las víctimas de las masacres paramilitares en los corregimientos de El Aro y La Granja (Ituango) calificaron como un acto de dignificación y reivindicación de sus seres queridos, el reconocimiento de responsabilidad y solicitud de perdón del Estado colombiano por su acción y omisión en estos crímenes. 

Miladis Restrepo es una de ellas. Llegó para honrar a su hermano Wilmar y como representante de las familias de las 16 personas asesinadas por un grupo de las autodefensas hace 25 años en El Aro.  

Junto a un grupo de familiares reunidos en el auditorio del Museo Casa de la Memoria en Medellín escuchó al presidente Gustavo Petro pedir perdón en nombre del Gobierno y “reconocer que los muertos no eran enemigos de nadie; eran gente humilde y trabajadora”. El mandatario, además, anunció su compromiso para cumplir con los derechos a la verdad, la justicia y la reparación.  

Para ella es significativo que la memoria de Wilmar sea reivindicada. “Es muy importante este reconocimiento al que teníamos derecho y que esperábamos hace muchos años”, afirmó en referencia al acto simbólico realizado en cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2006. 

También relató que “siento un alivio porque, cuando asesinaron a mi hermanito, me tocó ver a los paramilitares que le daban pata y decir que lo mataron porque era un guerrillero. Pero era un niño de 14 años”. 

Los sobrevivientes también reclaman que llegue la inversión social a estos corregimientos “para saldar esa deuda histórica”, porque, más de dos décadas después de la masacre de El Aro, las trochas por donde llegaron más de un centenar de hombres armados de las autodefensas siguen alejando del progreso a la población campesina. 

Así también lo reconoció la directora de la Unidad para la Atención Reparación a las Víctimas, Patricia Tobón Yagarí, quien asistió a los actos de reconocimiento y perdón en la capital antioqueña y señaló que el Gobierno tiene como reto “superar esos rezagos con la reparación de estas comunidades, garantizar mejores condiciones de vida y resarcir los daños del conflicto armado”. 

Acciones en marcha 
Con ese fin, como coordinadora del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, la entidad ya implementa un plan integral de reparación colectiva en el corregimiento de La Granja y concierta el diseño del plan con los habitantes de El Aro. 

En la Granja, donde en 1996 las autodefensas asesinaron a cinco campesinos, se avanza con la estrategia de rehabilitación comunitaria Entrelazando, para la recuperación emocional y reconstrucción del tejido social roto por la violencia, y se proyectan dotaciones para la recuperación de prácticas deportivas, culturales, apoyo a proyectos productivos agrícolas, fortalecimiento de organizaciones campesinas y acciones de memoria histórica. 

Entre tanto, en El Aro, se gestiona para las próximas semanas con la Empresa de Vivienda e Infraestructura de Antioquia, Empresas Públicas de Medellín, Ejército Nacional y Alcaldía de Ituango el transporte aéreo de materiales para el mejoramiento de 21 viviendas, de las cuales hay varias que fueron incineradas durante la incursión de las autodefensas en 1997. 

Martha Inés Pozo, líder social de El Aro, dice que “esperamos que ahora se cumplan las promesas y la reparación”. En ese sentido valora “que van a traer materiales para las casas de las familias que se quedaron y se está haciendo la cancha muy bonita”.  

Otras obras priorizadas por la comunidad en la formulación de su plan son el mejoramiento de las casetas comunales de varias veredas, la construcción del salón cultural, proyectos productivos agropecuarios —café y ganado— y la recuperación de tradiciones campesinas.