La Unidad para las Víctimas realizó el cierre administrativo de un Sujeto de Reparación Colectiva étnico del pueblo rrom y sus kumpany en el municipio de San Pelayo (Córdoba).
Durante tres años consecutivos, la entidad atendió y aportó a la reparación colectiva de este sujeto, al cual se le hizo la caracterización del daño en el que se identificaron el confinamiento y la restricción de la movilidad, desplazamiento forzado, fraccionamiento y quiebre de las redes sociales, y retrasos en el proceso de visibilización y de reconocimiento de derechos colectivos.
La Unidad para las Víctimas tenía a su cargo tres acciones correspondientes a tres tipos de medida como la indemnización colectiva por vía administrativa a favor del pueblo rrom, por un valor de $234 millones que, de acuerdo con la decisión autónoma del pueblo, fue dividido en partes iguales entre las organizaciones que integran el sujeto de reparación colectiva.
La inversión de la indemnización en cada kumpany se realizará en el proyecto de talabartería. Con esta iniciativa se busca fortalecer cultural y productivamente, así: En lo cultural se esperaba recuperar el oficio tradicional propio de los gitanos, como es la talabartería y marroquinería. En lo productivo, mejorar la calidad de vida de toda la kumpany pues ya cada familia tendrá mayor oferta de productos para desempeñar su profesión de comerciante.
Para Mareila Burgos, directora territorial en Córdoba, “cerrar este sujeto significa un logro como institución porque les estamos cumpliendo a las víctimas. Es de gran satisfacción ver cómo estas comunidades que han sido víctima del conflicto hoy puedan recuperar lo que saben hacer, sus tradiciones, el medio por el cual subsisten que es la talabartería y marroquinería y es un arte muy bonito; también ver cómo han recuperado sus costumbres y que al día hoy se han convertido en una comunidad fuerte que ha salido adelante”.
En cuanto a la medida de rehabilitación, la Unidad trabajó en el reconocimiento de los saberes de la comunidad, así como en la identificación de formas de resolución de conflictos, entre otras actividades que aportaron a su reparación colectiva.
Por su parte, Sofía Mendoza, persona más antigua de este kumpany, dijo que “estamos agradecidos con el apoyo que hemos recibido de la Unidad. A mí me dejó mucha sabiduría y entendimiento de las cosas que no podíamos comprender, pero queremos que sigamos adelante para rescatar las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo gitano”.
El cierre administrativo de este sujeto se realizó en medio de una sencilla jornada este cinco de diciembre en la calle principal del barrio La Campiña en el municipio de San Pelayo.
La tercera medida que se trabajó con este sujeto fue la de satisfacción, en la que se fortaleció la unión entre ellos, el uso de sus costumbres y se promovió la gastronomía del pueblo rrom.
El 6 de agosto de 2010, a través del Decreto 2957 se ratificó el reconocimiento del pueblo rrom o gitano como grupo étnico. El Estado colombiano reconoce a los rrom o gitanos como un grupo étnico con una identidad cultural propia, que mantiene una conciencia étnica particular, que posee su propia forma de organización social, posee su propia lengua y que ha definido históricamente sus propias instituciones políticas y sociales.
(Fin/YLR/CMC/LMY)
