La comunidad de la vereda Paraíso, del corregimiento San Pablo Tulapas, recibió con música y alegría los implementos biomédicos y tecnológicos para la reactivación y fortalecimiento del centro de salud, que les fueron entregados como medida de reparación colectiva.
Dentro de la dotaciones entregadas también hay instrumentos musicales solicitados por la comunidad para revivir celebraciones tradicionales como bazares, día de los santos, campeonatos veredales, entre otras que dejaron de realizar por causa del conflicto armado.
Helidoro Jiménez volvió a abrazar una guitarra después de muchos años y esta vez lo hizo para celebrar la unión y la confianza que se percibe en su comunidad. “Nos llega toda la medicina que necesitamos acá, en el puesto de salud se tratan enfermedades físicas, pero la guerra también dejó enfermedades en la mente y el corazón, pero yo creo que eso se sana con un instrumento; con lo que nos llega hoy, recibimos la medicina que necesitamos”, expresó.
Por su parte, Elizabeth Grabada Ríos, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Urabá Darién, destacó la fortaleza de esta comunidad para sobreponerse de los hechos vividos: “Este colectivo es uno de los sujetos no étnicos más distantes, es un verdadero ejemplo de unión, y por medio de esta entrega se espera que el centro de salud, que no contaba con el equipo necesario para su óptimo funcionamiento, se reactive y preste sus servicios a las veredas que conforman el colectivo”.
San Pablo Tulapas, ubicado al noroccidente del municipio de Turbo, se recupera de una cruda historia de despojo y desplazamiento, entre los años 94 y 97 , por causa de la disputa del territorio entre las autodefensas de Carlos Castaño, y las guerrillas de las Farc y el Epl.
En la actualidad, el corregimiento avanza en el cumplimento de las 18 medidas de reparación colectiva establecidas en un plan de reparación concertado y aprobado en el año 2016.
