El colectivo La Chinita es emblemático para la Dirección Territorial Urabá no sólo por los hechos violentos que ocurrieron en este sector de Apartadó (Antioquia), sino también por ser el primer Sujeto urbano que inició el proceso de reparación en el año 2013.
En la actualidad, se está avanzando en la estrategia ‘Entrelazando’, la cual busca reconstruir el tejido social, mediante el acompañamiento psicosocial y fortalecimiento de los lazos comunitarios donde participan 15 personas de la colectividad, quienes se denominan tejedores, quienes, a su vez, hacen parte de un proceso de formación con el objeto que sean dinamizadores activos en su proceso de reconstrucción con incidencia en el resto de la comunidad.
Este Sujeto, integrado por 45 sobrevivientes, es ejemplo de liderazgo y pujanza al retomar y trabajar por adelantar su proyecto de vida comunitario. De esta manera el proceso de reparación colectiva le ha devuelto al comité de impulso y a sus líderes la confianza en el Estado, en la medida que se ha hecho presencia y acompañamiento y se ha construido el Plan Integral de Reparación Colectiva, así como la implementación de medidas para la reparación integral. Dentro de éstas se ha logrado la dotación de los clubes deportivos y la formulación de proyectos con la participación activa de toda la comunidad del barrio Obrero.
Esta población cada día se recupera de los hechos violentos que desataron temor y desconfianza sumado a la descomposición social y familiar que marcó la historia de este sector de Apartadó. Muestra de ello son las palabras de una de las integrantes del Comité de impulso del sujeto de Reparación Colectiva la Chinita: “en nosotras las víctimas había mucho odio, rencor, mucha tristeza, pero a través de la reparación colectiva y el componente psicosocial, hemos aprendido que primero se tiene que sanar uno; ya nosotros hemos sanado nuestro corazón, nuestra mente, y no nos vamos a quedar con ese odio todo el tiempo. Debemos perdonar porque el odio es una enfermedad; hoy podemos decir mirando a los ojos a cualquier persona y con certeza que somos capaces de perdonar, somos libres gracias al fortalecimiento psicosocial. Esto es algo extraño, pero la sensación que hemos tenido cuando nos reunimos la primera vez con las Farc fue de liberación y creo que en ellos también. Cuando nosotros les narrábamos lo sucedido, lo que vivimos el día de la masacre que ellos cometieron, les vimos la vergüenza, la tristeza, porque ellos también son seres humanos y dijeron eso nunca lo debieron hacer; vimos sinceridad y ya nos podemos mirar a los ojos y ya charlamos como personas comunes y corrientes en esta tierra”.
En el barrio Obrero, permanentemente se reúnen los 45 integrantes, víctimas directas e indirectas de la masacre de La Chinita, quienes buscan que las acciones contempladas en el plan de reparación colectiva sigan avanzando y se beneficie todo el barrio.
Los compromisos establecidos con el sujeto de reparación colectiva, involucran de manera activa a las instituciones con responsabilidades en la Ley de Víctimas y organizaciones sociales interesadas en aportar a la recuperación socioeconómica y cultural de La Chinita.
