La felicidad de 73 familias, 49 de Bucaramanga, 15 de Girón y 9 de Rionegro, no se podía ocultar en medio de las entregas de igual número de proyectos productivos que llegaron como un “regalo de navidad” según ellos, pues dicen además que cuando fueron llamados no lo podían creer.
Benedicta Contreras, beneficiaria de uno de estos proyectos productivos en confecciones, fue desplazada por el conflicto armado y llegó a San Rafael de Lebrija. Hoy está feliz con sus nuevas máquinas, “un proyecto de vida muy bonito para mi sustento, para yo salir adelante económicamente y tener mejor vida, yo venía trabajando con una maquinita, ahora tengo de última tecnología”, expresa.
Liz Slendy Esparza, de la vereda la Tigra de Rionegro, sufrió el desplazamiento desde San Vicente de Chucurí hace 13 años. Hoy está convencida de que puede ser exitosa en su proyecto. “Es una gran oportunidad, no es que cuente con tantos recursos, tengo tres niños pequeños y esto es una gran ayuda que me da la Unidad para las Víctimas; muy agradecida por todo”, manifestó emocionada.
Estos 73 proyectos entregados hacen parte de los esquemas especiales de acompañamiento familiar para retornos y reubicaciones, en confecciones, tienda, agropecuarios, ganadería, misceláneas, restaurantes, salones de belleza, panaderías, alquiler de lavadoras y papelerías.
Gonzalo García Bautista, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Santander, destacó la importancia de que las personas sobrevivientes del conflicto armado puedan salir adelante con sus negocios: “Con estos proyectos queremos generarles unas mejores expectativas de vida, mejorar sus condiciones, y que asuman con responsabilidad este gran esfuerzo, que siempre estemos muy de la mano con la institución porque todos somos una gran familia”.
